La leyenda cuenta que el día 7 de enero de 1905, después de que realizaron su paseo tradicional por la Laguna de Cajititlán, las figuras regresaron para ser colocadas en su parroquia donde accidentalmente cayó una vela que provoco un incendio y daño las figuras. El Padre Tiburcio Lozano, quien tenía tiempo queriendo cambiar las imágenes, aprovechó para sustituir las e informó que las había enviado a restaurar, aunque en realidad había escondido las originales. También se dice que las imágenes en su interior contenían oro por lo que se creía que ese fue el objetivo de esconderlas.
Posteriormente trajeron las imágenes restauradas pero al darse cuenta los pobladores que no eran las misma que se habían llevado a restaurar sino unas nuevas, la gente salió muy desilusionada de la parroquia ya que no eran las misma.
Así paso el tiempo y la gente no le quedo otra mas que resignarse por lo acontecido.
El 27 de septiembre de 1932 el Padre Rosario Gutiérrez contrato un albañil para excavar y terminar con un hormiguero que días atrás había aparecido en la sacristía del templo. Se dice que al ir excavando se topo con una gran sorpresa ya que fueron apareciendo las figuras originales de los Santos Reyes las cuales el Padre Tiburcio Lozano había mandado a repara años atrás.
El padre Rosario sorprendido por el hallazgo hizo repicar las campanas de la Parroquia para que las gente acudiera rápidamente a presenciar el milagroso hallazgo. En la actualidad los encontramos en el altar principal de la Parroquia dedicada a ellos.
Desde entonces el 27 de septiembre de cada año se realiza un novenario de fiestas para celebrar el “Hallazgo de los Santos Reyes”. Estas festividades dan comienzo el día 19 de septiembre y finalizan el día 27 de septiembre.
